domingo, 26 de abril de 2009

El hombre es el salvaje



Bien nos dice José Luis Calvario: No hay nada como ponerse en la piel del otro para llegar a una mayor comprensión. Algo así es lo que propone como punto de partida ‘El Planeta de los Simios’, donde los animales actúan como seres racionales, como la raza dominante del planeta, y los humanos son bestias salvajes, carentes de inteligencia y peligrosos para la convivencia de la sociedad avanzada.


Genial el momento en el que unos alegres gorilas se fotografían junto a un puñado de cadáveres humanos. ¿Asqueroso? Vaya, pues sí. Lo mismo que cuando se matan animales para crear costosos productos de consumo (abrigos de pieles o bolsas) o simplemente para probar la puntería.


Hay quien piensa que la crueldad es fruto del ser humano y quien piensa que lo es de la naturaleza. Desde luego, en ‘El Planeta de los Simios’ nos señalan como el mal del planeta, de un modo muy similar a como lo hiciera, mucho después, el agente Smith en ‘Matrix’ (“el hombre es un virus”).


En el amargo final de la película dirigida por Franklin J. Schaffner, sin lugar a dudas uno de los mejores de toda la Historia del Cine, un enfurecido Charlton Heston maldice a la raza humana, golpeando el agua y la tierra como uno de esos simios a los que se ha enfrentado poco antes.


Un grito desgarrador que encaja perfectamente con la imagen de cierto monumento simbólico (la estatua de la libertad) en no menos significativo estado. Una estampa para la eternidad de una película que debería ser vista y analizada por todos; y cuanto antes, mejor; y de esto hay oportunidad en el cineclub “Oro negro” al final de la proyección.


“El Planeta de los Simios” (‘Planet of the Apes’, 1968) se basa en una novela de Pierre Boulle. Básicamente, una grupo de astronautas aterrizan de forma brusca en lo que parece ser un planeta desierto, pero habitable. Tras recorrer una larga distancia, los tres hombres (hay una mujer pero muere en la nave) comprenderán que la evolución de este escenario no tiene nada que ver con la que conocían. Los seres humanos son animales y los simios son… humanos.


Franklin J. Schaffner se permite el lujo de retrasar la aparición de las monstruosas criaturas, que es precisamente lo que el espectador quiere ver desde el principio, para provocar que se mantenga en tensión y expectante ante cualquier acontecimiento extraño que aparezca en pantalla. De hecho, todos, seguro, nos llevamos un pequeño susto la primera vez que vemos a los mal llamados “espantapájaros” en lo alto de la colina.


En este sentido, hay que mencionar la memorable banda sonora de Jerry Goldsmith, prueba irrefutable de que una melodía no tiene que ser “tarareable” para ser magistral. Schaffner dota al film de un aire tan seco y hostil como el propio planeta que habitan los simios. A veces llega a resultar asfixiante la situación del personaje de Heston y cuando éste se lanza a correr, es como si nos arrastrara a todos.


La película es un prodigio de ritmo y es que nos encontramos ante una historia de mucho diálogo y detalles complejos, pero que no se olvida del entretenimiento y el espectáculo.

Por supuesto, el alma de la película es Charlton Heston. Es el protagonista, nuestro referente como espectadores, y quien debe pasar por todo ese viaje de pesadilla hasta encontrarse con su destino. Heston interpreta a un investigador decepcionado con la marcha de la humanidad y deseoso de encontrar algo que dé sentido a la existencia.


Con gestos serios, frases ácidas, risa sincera y voluntad firme, el personaje debe ir modificando su conducta para no acabar convertido en un mero adorno para el museo simio. Su particular rostro le viene a la perfección a un hombre que trata de poner orden en lo que le rodea; que no se explica cómo es posible que unos animales hayan llegado a controlar un planeta, una zona que debería estar gobernada por seres como él, humanos inteligentes.


Y como hombre que es, se comporta de forma violenta y hostil hacia los animales, puesto que él debe ser el que esté por encima. Algo que queda reflejado en esa mítica frase que se libera poderosamente de su dolorida garganta, atrapado en una red y justo cuando los simios van a agarrarlo, ¡Quítame las manos de encima!.


La cinta “El planeta de los simios” filmada en el año 1968, nominada al Oscar en 1969 por mejor banda sonora y mejor vestuario, será proyectada por el cineclub “Oro negro” del FLS de la Sección 10 el viernes 8 de mayo en el auditorio de la sucursal transportes de la Sociedad Cooperativa de Producción del Frente Liberal sindicalista, situado en la calzada de los Petroleros s/n, (a un lado de la delegación de tránsito) colonia Petrolera de Minatitlán. La entrada es libre y para todo público.


Pies de foto:

01-La mujer muerta en el viaje

02-Los “espantapájaros” en la colina.

03-Cacería de humanos.

04-Sonrían para la foto.

05-La ciudad de los simios


Domina el egoísmo


Una mirada cruda sobre la naturaleza humana

El planeta de los simios es una película basada en la novela homónima de Pierre Boulle. Una historia de ciencia ficción muy original, muy bien montada y con un final sorprendente. Es destacable el trabajo de maquillaje de los simios, la ambientación, muy lograda y convincente, y los efectos especiales, que junto con el ambiente en que se estrenó la película (la llegada del hombre en la Luna, la Guerra Fría) e indirectamente el film de Stanley Kubrick, 2001 Odisea del Espacio, de ese mismo año, contribuyeron a su enorme éxito, originando toda una saga (cuatro versiones más y hasta serie de tv) que es un clásico de la ciencia ficción.


En el año 3978 una nave espacial procedente de la Tierra realiza un acuatizaje forzoso en un planeta desconocido. Los astronautas, al mando del coronel George Taylor (Charlton Heston) inspeccionan los alrededores y descubren que en este planeta los seres inteligentes y especie dominante son unos simios que comparten características físicas con los chimpancés (civiles), gorilas (militares) y orangutanes (religiosos y políticos) de la Tierra, pero que han desarrollado una civilización militarizada y además hablan inglés.


Los humanos de ese mundo, en cambio, tienen facultades sociales muy poco desarrolladas, son incapaces de hablar y son cazados en batidas militares y tratados como ganado por los simios dirigentes.


Taylor es hecho prisionero, sufriendo una lesión de garganta que le impide hablar, por tanto lo confunden con uno de los humanos de ese planeta y los simios lo llevan a su poblado junto con otros humanos cazados en la misma batida. Junto con Taylor cae una hembra joven de hermosa apariencia, Nova (Linda Harrison), que le es dada por los simios a Taylor con fines de apareamiento.


En el poblado, unos simios científicos dirigidos por el sectario Dr. Zaius, lo estudian detenidamente y filosofan sobre las características de Taylor. Con el tiempo, Taylor se gana la confianza de dos jóvenes chimpancés académicos; uno de ellos es una hembra chimpance Zira (Kim Hunter) y su compañero Cornelius (Roddy McDowall). Después de que descubren que puede hablar, el interés mutuo aumenta y las conversaciones indican a Taylor que los humanos de ese lugar alguna vez fueron especie hegemónica y dominante y que fueron subyugados por los monos siglos atrás. Finalmente, con la ayuda de ellos, logra escapar con su fiel acompañante Nova.


En su huída va avanzando a lo largo de una costa; Taylor descubre evidencias arqueológicas que indican la existencia de una ciudad enterrada similar a New York, hasta que descubre la estatua de la Libertad cubierta de arena, lo que le hace deducir que el planeta donde se halla es la Tierra y que él está en el futuro.


La descripción de la sociedad de los monos que se muestra en la película ataca las nociones de la superioridad humana. En particular, los prejuicios religiosos de los monos sobre los humanos, pueden ser interpretados como un ataque al creacionismo y a la idea de hegemonía de la especie humana en la Tierra.


Lo que causó controversia fue el mensaje de la película; después de una guerra nuclear en toda la Tierra la mayoría de los seres humanos o todos acabarían sufriendo un terrible retraso cultural hasta comportarse como animales y se presentaría la oportunidad de que la siguiente especie en la escala evolutiva se desarrollara hasta el grado de crear una civilización y dominar la tierra como lo hicieron los humanos, y estos últimos quedarían sometidos a la voluntad de los simios.


La película constituye una cruda y despiadada mirada sobre la naturaleza humana, capaz de conducir al exterminio a toda la civilización. Es importante, para comprender adecuadamente la temática del film, recordar que fue rodada en plena guerra fría, días en que la amenaza de un holocausto nuclear amenazaba a la población mundial en su conjunto a partir de la escalada armamentística de las, por ese entonces, dos superpotencias mundiales: Estados Unidos y la Unión Soviética.


La cinta “El planeta de los simios” filmada en el año 1968, nominada al Oscar en 1969 por mejor banda sonora y mejor vestuario, será proyectada por el cineclub “Oro negro” del FLS de la Sección 10 el viernes 8 de mayo en el auditorio de la sucursal transportes de la Sociedad Cooperativa de Producción del Frente Liberal sindicalista, situado en la calzada de los Petroleros s/n, (a un lado de la delegación de tránsito) colonia Petrolera de Minatitlán. La entrada es libre y para todo público.


Pies de foto:

01- Cornelius y Zira.

02- Linda Harrison como Nova.

03- Saliendo de la nave a punto de hundirse.

04- El coronel George Taylor.





Como me hubiera gustado




Se ha dicho con razón, que la historia (y más claramente la autobiografía) no es lo que ocurrió, si no cómo me hubiera gustado que pasara. Y en el caso de “Amarcord” de Federico Fellini, esta aseveración se cumple puntualmente.


Fellini filmó “Yo recuerdo” o “Érase una vez…” después de que se vio enfermo de gravedad. Posterior a eso, con la genialidad que lo caracterizaba, puso a su servicio Cinecita, los estudios italianos, para realizar una cinta de recuerdos sobre la provincia, sobre su pueblo y logra un film de de gran belleza, imaginación y humor.


Habla entonces de algo real pero al mismo tiempo, inventado. Presenta y describe a los personajes de su ciudad natal, Rímini. Vemos de esta forma a personas caminando, platicando, un desfile de personajes en el que todos tienen el mismo valor, en el que todos ocupan su lugar dentro de la comunidad.


El personaje central que es el pueblo, lo construyen entre todos. No hay “estrellas” principales; ¿o podría ser? el grupo de adolescentes, la familia, “Gradisca”, la peluquera del pueblo; “Scureza” (que solo pasa fugazmente en su motocicleta), la prostituta ninfómana, “Volpina”; el papá, Aurelio; la mamá, Miranda; el tío Teo con su grito elemental: ¡Quiero una mujer!; el músico ciego; todos lo son y se desenvuelven en el marco de los lugares de la población: la plaza principal, el hotel, el campo, la playa.


Para presentar a todos esos personajes elige colores contrastantes, un formato como de historieta. Aparece un personaje y luego otro, se van sumando, alcanzando el número mayor cuando todos van a la playa (igual que nos pasa a los de Mina, que en semana santa todos corremos a la playa de Coatzacoalcos y allá nos saludamos, bueno, no hay que exagerar, también vamos a los Mangos u otros lugares por aquí cerca).


Otra característica destacable es que, en el cine regularmente los actores no pueden mirar a la cámara y aquí sí: diversos protagonistas la miran de frente y se dirigen a ella, expresando sus sentires y pensamientos.


Amarcord logra momentos de gran belleza (¿el realismo mágico?) como el caso de uno de los niños de familia que sale temprano de casa y en la neblina se topa con un buey que voltea a verlo con sus ojos mansos para que enseguida cada quien continúe por su camino; o cuando todo el pueblo está en la madrugada en frágiles embarcaciones, somnolientos y de pronto aparece, majestuoso, el trasatlántico “Rex” surcando poderosamente las aguas o la aparición en medio de una ventisca de nieve de un pavo real que se posa en una fuente y despliega frente al grupo de adolescentes la belleza de su plumaje.


Un extra en la función del 17 de este mes, consistió en la proyección “El mundo mágico de Fellini” en el que se analiza Amarcord.


Pies de foto:

01-Mirando a la cámara

02- El acordeonista ciego

03- “Volpina”, La ninfómana

04- El majestuoso “Rex”

lunes, 13 de abril de 2009

Una película sobre mi pueblo

Hace unos días, platicando con una amiga, me cometó que su hija, que estudia en la capital del estado, le expresó que no piensa regresar a Minatitlán, que se va a ir cada vez más lejos y que ni crea que va a volver por acá. Le respondí que son formas de ver la vida, que yo, desde que salí de adolescente de Mina, siempre pensé en regresar, que para mí, mi ciudad natal es una gran ciudad.

Por la refinería, por el río Coatzacoalcos, por los chinos, los tecos, chilapas, leños, jeromeños, libaneses y muchos más (y que cada grupo tiene múltiples historias que contar) que espero me perdonen por no anotarlos; por los pantanos, las graveras; porque estamos en la cintura del país, el Istmo, porque somos un pueblo de cruce cultural, porque estamos en el trópico húmedo y tenemos (¿o teníamos?) una vegetación exuberante, y fauna también, por los lagartos que algún día se asolearon en la ribera y manatíes que se ocultaron en los manglares, porque fuimos el municipio más grande del estado y por muchas cosas más, Minatitlán representa mucho para quien esto escribe.

Por mis maestras del kínder: Chela en el piano, Modesta, Velia, de quien me enamoré y me quedé los tres años con ella pues mi mamá se llevaba con Doña Tencha, la directora (y esas podían hacerse en esa época). Por mis maestros de la “Mi Patria”: Ofelia, la maestra Salud (de cuyo nombre no me acuerdo), del maestro Meño, de Alejandro (a quien sus alumnas que lo admiraban le pusieron Paris, por guapo). Por los maestros de la secundaria “Mina”: El Dr. Pineda (que ejerció hasta sus 90 años) y que le decíamos el viui y que hasta después supe que era por un carro Buick que tenía, Chicharrón, Poca Luz y todos los demás.

Por las luchas sindicales, porque aquí empezó la petroquímica, por el brote revolucionario de 1906 encabezado en Minatitlán por Enrique Novoa y el negro Cristobal de Capoacán, por la lucha contra los franceses en 1863 (y si no, que me corrija Florentino). Por los personajes de la ciudad: Pedro Loco, El Pollo frito, el loco Uscanga manejando su auto imaginario, El suegro (que se enojaba y mentaba madres cuando le gritaban así en la calle)... sé que faltan, ustedes los pueden anotar.

Pues bien, si ustedes pudieran realizar una película sobre su ciudad natal, seguramente que sería una bella película, con lo mejor de sus recuerdos, con las imágenes más bellas que estuvieran en su memoria. Y eso es lo que hace Federico Fellini en la cinta “Amarcord” que el cine club “Oro negro” del Frente Liberal Sindicalista de la Sección 10 del STPRM proyectará el viernes 17 de abril. Como habla el despertar de la sexualidad, es para adolescentes y adultos, la primera con esta clasificación en el cineclub “Oro negro”.


Pies de foto:

01-El narrador

02- Los maestros.

03- “Gradisca” la bonita del pueblo

Un grito universal: ¡Quiero una mujer!

Amarcord, dirigida por Federico Fellini es una cinta autobiográfica. Significa yo recuerdo y son las imágenes del director sobre su pueblo natal. Es la vida en una provincia en un periodo de un año. Inicia con la llegada de la primavera y culmina de la misma forma.

Siendo que son los recuerdos de un niño, la cámara se mantiene a una altura baja, semejando la mirada de un infante que describe las cosas y personajes de su pueblo.

Aunque no hay un personaje principal, podría decirse que son un grupo de adolescentes, entre los que destaca Tita, quien puede ser el alter ego de Federico Fellini.

Aunque se abordan diferentes temas, el desarrollo de la sexualidad está muy presente. Vemos así al grupo de chamacos inquietos (por no decir calientes),viendo a la “Gradisca”, la mujer bonita del pueblo y soñando en encuentros con ella; “Titta” imaginando que gana la carrera de autos y que la Gradisca da la vuelta triunfal con él; Titta encontrándose con ella en el cine, solos, él se acerca lentamente, cambiándose de lugar hasta quedar a su lado, atreviéndose a tocarle la pierna para que ella lo espete cortante: ¿buscas algo? Finalmente, en una escena muy significativa, en la plaza central, aunque Titta la busca, la cámara muestra como sus caminos se bifurcan, nunca se encontrarán.

Si bien ya señalé que no hay un personaje central, Fellini ve con amor y consideración a los locos (que nunca falta uno en el pueblo) y documenta como en la familia de Titta existe un tío que está recluido en un asilo para no cuerdos al que sacan a pasear de vez en cuando. El tío recoge las mejores piedras en el camino, en un descuido de los familiares se sube a un árbol y no obstante los ruegos de los distintos miembros, no accede a bajar y al que se pone a tiro, lo ejecuta con las piedras con una puntería envidiable. Desde lo alto del árbol profiere un grito que muchos hombres haríamos nuestro: ¡Quiero una mujer!

Esta cinta es la vida en un pueblo de provincia, una cinta de recuerdos. En ella se habla de la familia, la patria, la religión, las escuelas, los profesores, los políticos, la adolescencia, la sexualidad. Como se habla del despertar de la sexualidad, es para adolescentes y adultos, la primera con esta clasificación en el cineclub “Oro negro”.

La cinta, filmada en el año 1973 y ganadora del Oscar en 1974 como mejor película extranjera, será proyectada el viernes 17 de abril en el auditorio de la sucursal transportes de la Sociedad Cooperativa de Producción del Frente Liberal sindicalista, situado en la calzada de los Petroleros s/n, (a un lado de la delegación de tránsito) colonia Petrolera de Minatitlán. La entrada es libre y para todo público, en este caso, adolescentes y adultos.

Pies de foto:

01- Llevando al tío de paseo
02- Tita con Gradisca en el cine
03- En sueños con la Gradisca


Un desfile de apariciones



Adjunto cartel de la cinta "Amarcord" de Federico Fellini que será proyectada el viernes 17 de abril por el cineclub "Oro negro" del Frente Liberal Sindicalista de la Sección 10 del STPRM. Agradeciendo la difusión que puedan darle.
La cinta es un desfile de los personajes del pueblo donde cada quien expresa su papel dentro de la comunidad. No hay un protagonista central, todos tienen el mismo valor y la película no tiene un fin, la vida en la provincia sigue, continúa...
Saludos
Juan Meléndez de la Cruz

Zapata y el corrido


Escuchen señores, oigan el corrido

De un triste acontecimiento;

Pues en Chinameca fue muerto a mansalva

Zapata, el gran insurrecto.


En el documental “Emiliano Zapata, el amor a la tierra” las imágenes son continuamente acompañadas por fragmentos de corridos. Es natural que sea de esta forma, ya que Zapata fue una de las figuras más relevantes de la Revolución y: “El corrido ha sido a través de la historia de México un instrumento de comunicación popular y de comunicación ideológica: en la época de la Revolución alcanzó su mayor difusión como vehículo de las ideas revolucionarias contando con la colaboración de un ejército de poetas anónimos que registran en su canto las hazañas vividas" (1).


El buen Emiliano que amaba a los pobres

Quiso darles libertad;

Por eso los indios de todos los pueblos

Con él fueron a luchar.


Abundando, “El corrido es un género épico-lírico-narrativo, en cuartetas de rima variable, ya asonante o consonante en los versos pares, forma literaria sobre la que se apoya una frase musical compuesta generalmente de cuatro miembros, que relata aquellos sucesos que hieren poderosamente la sensibilidad de las multitudes; por lo que tiene de épico deriva del romance castellano y mantiene normalmente la forma general de éste, conservando su carácter narrativo de hazañas guerreras y combates, creando entonces una historia por y para el pueblo. Por lo que encierra de lírico, deriva de la copla y el cantar, así como de la jácara, y engloba igualmente relatos sentimentales propios para ser cantados, principalmente amorosos, poniendo las bases de la lírica popular sustentada en capas aisladas o en series.

“La jácara, a su vez, le ha heredado el énfasis exagerado del machismo, las baladronadas, jactancias, engreimiento y soflama, propios de la germanía y en labios de jaques y valentones. Marca de este modo una faceta de la idiosincrasia mexicana aún no estudiada a fondo"(2).


Sublime general

Patriota guerrillero

Que peleó con gran lealtad

Por defender su patrio suelo.

Espero que a de triunfar

Por gracia del ser supremo

Para poder estar en paz

En el estado de Morelos.


Vicente T. Mendoza señala tres lapsos fundamentales del corrido:

Primero. El último cuarto del siglo XIX, cuando se cantan hazañas de rebeldes al gobierno porfirista, se hace énfasis en la valentía de los protagonistas y su desprecio a la vida.

Segundo. De la Revolución maderista con sus antecedentes de Río Blanco, la decena trágica, Carranza, Villa, los cristeros, etc. Esta etapa que es la de más creatividad, coincide con el sacudimiento del país y abarca todo el movimiento zapatista ocurriendo así su culminación como género.

Tercero. De 1930 a la fecha se hace culterano, frecuentemente falso, sin carácter auténticamente popular; ha perdido su frescura y fluidez; se imita su lenguaje, su forma y entonación; pero solo sirve para campañas políticas. Todo eso denota la decadencia y próxima muerte como genuinamente popular (3).


(1) Velasco García, Jorge H. El canto de la tribu. CONACULTA. Primera edición 2004. p-45.

(2) Mendoza, Vicente T. El corrido mexicano. Fondo de Cultura Económica, Colección Popular. Tercera reimpresión 1976. IX.

(3) Idem XV-XVI.


Pies de foto:

01- El caudillo del Sur.

02- Diciembre 1914, comida en Palacio Nacional. Francisco Villa, Eulalio Gutiérrez (Presidente interino), Emiliano Zapata y Felicitas Villarreal.

viernes, 3 de abril de 2009

Saber sobre la Revolución y la historia




Siendo el año 2010 el centenario de la Revolución mexicana y bicentenario de la Independencia nacional, es necesario una reflexión colectiva para tratar de entender de dónde venimos, cómo fue que llegamos a este estado de cosas y (en el mejor de los casos) saber hacia dónde vamos.


Desgraciadamente para la mayoría de los mexicanos, la historia patria se presenta como una serie de asesinatos sin sentido o respondiendo únicamente a ambiciones personales. Un rompecabezas difícil de armar.


Por eso, en este 2009 el cineclub “Oro negro” del Frente Liberal Sindicalista y la Sección 10 del STPRM complementando lo anotado en el primer párrafo con sus objetivos: Elevar el nivel cultural de sus trabajadores y vernos a nosotros mismos y reflexionar sobre nuestro entorno, ha programado cuatro cintas sobre personajes relevantes de la Revolución mexicana: Emiliano Zapata, Francisco Villa, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas.


En cada una de ellas (al igual que en todas las proyecciones) se entrega un tríptico con información básica de la cinta y después de ver la película, hay oportunidad de comentar colectivamente. En general en el cineclub “Oro negro” ha habido una buena participación de los asistentes, compartiendo su opinión entre todos los presentes.


El caso es que reiteramos nuestra invitación para asistir cada dos viernes a las funciones de esta alternativa de recreación.


El 10 de abril de 2009 es el XC aniversario del asesinato del General Emiliano Zapata, por eso, el viernes 3 de abril a las 19 horas en el auditorio de Transportes del FLS, Calzada de los Petroleros s/n, col. Petrolera (A un lado de la delegación de Tránsito) el cineclub “Oro negro” del Frente Liberal sindicalista de la Sección 10 del STPRM presenta el documental “Emiliano Zapata, el amor a la tierra”. ENTRADA LIBRE y para todo público.


Pies de foto:

01- Conferencia de Francisco I. Madero y Emiliano Zapata en Cuatla, Mor.

02- Emiliano Zapata y su esposa, Josefa Espejo.

03- Zapatistas desayunando en Sanborn’s.

04- 6 de diciembre de 1914. Zapata y Villa entrando a la capital.

Zapata y el Plan de Ayala

La lucha de Zapata era por la tierra. El primer objetivo campesino era la recuperación de la tierra de los ejidos: la lucha se presentaba como una continuación natural de la que venían llevando desde mucho tiempo atrás amparados en la legalidad de sus títulos comunales.

El impulso que se expresó en la revolución era más amplio, era una insurrección contra todas las formas de opresión, represión, despojo y explotación derivadas del desarrollo capitalista.

Tras de la llegada de Madero al Gobierno, se veía clara la intención de éste de desarmar al movimiento campesino y negociar con Díaz. Tres semanas después de la llegada de Madero a la Presidencia, Zapata y Otilio Montaño redactaron el Plan de Ayala firmado el 28 de noviembre de 1911, buscaba ser el programa político de la Revolución campesina, y de hecho en Cuernavaca, Morelos, Chilpancingo y Guerrero se llevó a cabo.

El Plan de Ayala desconoce a Madero como Presidente de la República, lo declara traidor de la revolución y llama a su derrocamiento. Esto debido a los tratos con Porfirio Díaz y porque no cumple la promesa hacia los campesinos de repartir las tierras. Plantea que los campesinos que hayan sido despojados de sus tierras, las recuperen y, lo más importante: la expropiación de los bienes de los terratenientes y los enemigos de la revolución.

El Plan de Ayala en los hechos se vio reflejado en la expropiación de los ingenios azucareros, puestos bajo control de los ejércitos campesinos y trabajadores agrícolas. En la profundización de la revolución en Morelos, el Ejercito Libertador del Sur controlaba toda la zona y a la cabeza estaba Zapata. En lo que fue conocido como la “Comuna de Morelos”, los campesinos tomaron las tierras, las cultivaron y las defendieron.

El plan establecía una dualidad de poder, pero no oponía la perspectiva de otro poder estatal, la visión campesina era incapaz de ir más allá, generalizar al nivel nacional y social y dar una salida a la nación insurrecta. Y la clase obrera urbana carecía de dirección política propia y de organismos independientes.

Mientras ascendía la Revolución, el Plan de Ayala fue la base política de la dualidad de poderes territorial establecida por el zapatismo y del poder campesino en Morelos, que dictó leyes y tomo medidas de gobierno sobre sanidad, comunicaciones, abastecimiento, así como acuñó moneda de metal, los pesos zapatatistas.

Pero ya en la etapa de descenso de la actividad revolucionaria, sin una perspectiva nacional, quedando aislada poco a poco, la revolución zapatista estaba condenada y el asesinato de Emiliano Zapata cerró el ciclo de ascenso, auge y declinación de la insurrección campesina.

Existen más aspectos a conocer y discutir sobre la vida de Emiliano Zapata, sus planteamientos, influencia en la lucha y estos serán abordados el viernes 3 de abril a las 19 horas en el auditorio de Transportes del FLS, Calzada de los Petroleros s/n, col. Petrolera (A un lado de la delegación de Tránsito) en que el cineclub “Oro negro” del Frente Liberal sindicalista de la Sección 10 del STPRM proyecte el documental “Emiliano Zapata, el amor a la tierra”. ENTRADA LIBRE y para todo público.

Pies de foto:

090- Campesinos zapatistas

0116- Maquinaria de los ingenios

117- La firma del Plan.

Valor sin ambiciones e integridad

El zapatismo fue la expresión más clara de la irrupción de las masas en la escena nacional.

Desde el siglo XVI las haciendas azucareras en Morelos eran la realidad dominante y la región, la primera productora de azúcar a nivel nacional. Los trabajadores de ellas, mezclada con campesinos que eran las dos cosas a la vez, que hacían una población numerosa y con tradiciones de lucha que venían desde las guerras de independencia y de la reforma, cercana a la capital (centro de decisiones políticas) fueron la base del zapatismo (1).

En ese marco, con esa base, esas masas crearon a Emiliano Zapata, le transmitieron su intransigencia revolucionaria y encontraron en su dirección el punto de apoyo para resistir durante 10 años los embates militares y las celadas jurídicas de las direcciones oficiales y de la derecha, para influir decisivamente en el curso de la revolución (2)

Emiliano Zapata Salazar, nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, que en 1909, era una aldea tranquila, entristecida de cerca de 400 habitantes. Al igual que otros pueblos de Morelos, estaba en crisis pues durante 30 años, los terratenientes cultivadores de caña le habían disputado el derecho sobre las tierras y aguas de la comarca.

Los cuatro ancianos integrantes del consejo regente del poblado reconocieron públicamente que no se sentían capaces de dirigir el pueblo hasta que se sortease la crisis. Lo que los hacia sentirse desvalidos era, simplemente un sentimiento de incapacidad física. Pero, precisamente porque eran personas con sentido de responsabilidad, por tradición y por carácter, decidieron traspasar su autoridad a otros que pudieran dirigir.

En la tarde del 12 de septiembre de 1909, los hombres de Anenecuilco se reunieron a la sombra de las arcadas que se levantaban detrás de la iglesia. Para que los capataces de la hacienda no se enteraran, no se hizo sonar la campana, sino que se el aviso se hizo de boca en boca.

Los ancianos habían servido al pueblo y ahora el mejor servicio que le podían hacer era renunciar. Los tiempos eran tan cambiantes que se necesitaba algo más que la prudencia de la edad.

Después de la propuesta que se hizo de cuatro hombres, se realizó la votación que Zapata ganó fácilmente. A nadie sorprendió, era joven, un mes antes había cumplido los 30 años, pero los hombres lo conocían y conocían a su familia; y consideraron que si querían que un hombre joven los dirigiese, no podían encontrar a ningún otro que poseyese un sentido más claro y verdadero de lo que era ser responsable del pueblo (3). La determinación podía verse en su mirada.

No era pobre: los Zapata vivían en una sólida casa de adobe y tierra y no en una choza. Ni él, ni su hermano mayor, Eufemio, habían trabajado como jornaleros en las haciendas, y habían heredado un poco de tierra y algo de ganado al morir sus padres. Trabajaba sus tierras y en las temporadas en que el trabajo disminuía llevaba una recua de mulas por los poblados. También sabía de caballos, y cuando ganaba algo de dinero se compraba uno nuevo, le ponía una silla de fantasía, se compraba botas y espuelas de calidad para poder cabalgar orgullosamente.

Por su conocimiento de los caballos, los dueños de las haciendas del centro y del este de Morelos, y del oeste de Puebla, y aún de la ciudad de México, decían que era el mejor domador de caballos y se peleaban sus servicios. Pero nunca lo conquistaron con sus elogios y advirtieron siempre en él una independencia laboriosa (4).

A pesar de sus excelentes caballos y de sus ricos trajes, los de Anenecuilco sentían que era uno de los suyos, nunca lo llamaron don Emiliano, le llamaban Miliano y cuando murió, “pobrecito”.

Más sobre Emiliano Zapata el viernes 3 de abril a las 19 horas en el auditorio de Transportes del FLS, Calzada de los Petroleros s/n, col. Petrolera (A un lado de la delegación de Tránsito) en que el cineclub “Oro negro” del Frente Liberal sindicalista de la Sección 10 del STPRM proyecte el documental “Emiliano Zapata, el amor a la tierra”. ENTRADA LIBRE y para todo público.

  1. Gilly, Adolfo. La Revolución interrumpida. Ediciones ERA, 2ª. EDICIÓN 2007. P. 86.
  2. Idem. P. 86.
  3. Womack, John Jr. Zapata y la Revolución Mexicana. SEP, Siglo XXI 1985. p-p 2,3.
  4. Idem. P-5.