sábado, 31 de octubre de 2009

Defender las conquistas del pueblo mexicano


Entender la Revolución mexicana

Juan Meléndez de la Cruz

La información que se proporciona en la escuela sobre la Revolución en México no permite entenderla. Para la mayoría de los mexicanos, la lucha armada aparece como una serie de asesinatos casi sin sentido, y para rematar, la situación actual de nuestro país (de tremenda desigualdad y pobreza para la mayoría de la población) lleva a concluir que la cifra aproximada de casi un millón de muertos no valió la pena.

El libro “La Revolución interrumpida” de Adolfo Gilly (1) ofrece un relato y una interpretación que nos ha permitido una comprensión mínima de la gesta revolucionaria. Teniendo como ejes las propuestas de los grupos (Ideas, programas, planes) y la participación de las masas en la lucha, va relatando los hechos y dando la interpretación de su significado. En ella basaremos las notas de este noviembre.

Sobre esa obra Octavio Paz ha escrito: “Su contribución a la historia de la Revolución Mexicana es notable. Usted ha dicho varias cosas nuevas, ha recordado otras que habíamos olvidado y ha iluminado algunas que nos parecían oscuras.

“Todos sabemos que desde hace unos cuantos años se ha iniciado una crisis histórica en México. Estoy de acuerdo con usted en que todo intento por resolverla debe comenzar, a pesar de las diferencias de la situación nacional e internacional, por una vuelta a la tradición cardenista. Como un punto de partida, claro, no como una meta. La gran enseñanza del cardenismo, su significación actual, reside en ser un ejemplo de lo que puede ser una gran alianza popular y de las posibilidades históricas y sociales de un movimiento de esa índole. Al mismo tiempo nos enseña que hay que preservar la independencia de la alianza frente al estado y el partido oficial, algo que no fue posible durante la época de Cárdenas.

“Igualmente válido me parece lo que usted dice acerca de las tres grandes conquistas –todavía vivas aunque desfiguradas- de la Revolución Mexicana: el ejido, las empresas públicas descentralizadas y los sindicatos obreros. No solo hay que defender esas conquistas sino adaptarlas a las circunstancias actuales y, sobre todo, lograr que recobren su función social original. El petróleo nacionalizado, por ejemplo, ha servido más que nada para subvencionar a los empresarios industriales pero no, a pesar de su bajo precio, para crear un buen sistema colectivo de transportes. Hay que re-socializar las conquistas del pueblo mexicano, confiscadas por la burguesía para su provecho.” (2)

El cineclub “Oro negro” del FLS de la sección 10 del STPRM tiene como uno de sus ejes conductores el fenómeno histórico, por eso en el mes de noviembre y siendo este 2009 la víspera del centenario del inicio del movimiento armado se programaron dos cintas relativas al multicitado acontecimiento. El ver las cintas y la discusión colectiva, puede darnos elementos para comprender mejor nuestra historia.

La cinta “Francisco I. Madero. Místico de la libertad” será proyectada por el cineclub “Oro negro” del FLS de la Sección 10 el viernes 6 de noviembre a las 19 horas en el auditorio de la sucursal transportes de la Sociedad Cooperativa de Producción del Frente Liberal sindicalista, situado en la calzada de los Petroleros s/n, (a un lado de la delegación de tránsito) colonia Petrolera de Minatitlán. La entrada es libre y para todo público.

(1) Gilly, Adolfo. La Revolución interrumpida. Ediciones Era. México 2007.

(2) Paz. Octavio. El ogro filantrópico. Joaquín Mortiz. México 1985. p-p. 109,110.

Pies de foto:

Francisco I. Madero.

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