lunes, 12 de julio de 2010

Ninón Sevilla es, Aventurera


Ninón Sevilla es, Aventurera

Juan Meléndez de la Cruz

Née Emelia Pérez Castellanos nació en La Habana, un 10 de noviembre de 1926, de niña quería ser monja, como todas las cabareteras. Su nombre artístico lo toma de la legendaria cortesana francesa Ninón de Lenclos. Gracias a sus rasgos felinos, sus hermosas piernas y su escultural figura, empezó a bailar en centros nocturnos y cabarets de Cuba, pues tenía una gran habilidad como bailarina.

Fue la primera rumbera en llegar a México. Gracias a ella llega a México Dámaso Pérez Prado y juntos ponen de moda el ritmo del Mambo (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8... ¡Maaambo…. Juh!)

Su debut en el mundo del cine, fue en México, a donde llego en 1946, para quedarse. Aunque desde un principio se distinguió por la excentricidad de sus peinados y su forma de vestir, fue el cineasta Alberto Gout quien la consolido como figura erótica del cine mexicano en la década de los años 50. Rápidamente se le reconoció como la reina de las rumberas, lo que la llevo a hacer muchos papeles en los que tenía que bailar, además, ella hacia las difíciles coreografías que bailaba en las películas y fue la primera actriz en introducir movimientos alusivos a la santería en sus bailes.

Durante su carrera trabajo con los cineastas y los actores más reconocidos de México y se convirtió en un símbolo sexual y en una súper estrella. Su éxito la llevo a ser reconocida en países como Brasil y Francia. Con el declive del cine mexicano a finales de los años 50, se retiro de la industria, pero regresa triunfal en la década de los 80, con la cinta Noche de carnaval, por la cual gano un Ariel por su actuación. Se consagra gracias a la mítica cinta Aventurera en 1951. Ha hecho muchas telenovelas, entre las que sobresalen las realizadas junto a Verónica Castro y Thalía.

En "Aventurera", encontramos a Ninón Sevilla perdida en un cabaret, abrumada, envuelta en un traje plateado que resalta su belleza, abierto hasta muy arriba del muslo, subida en sus zapatos de tacos muy altos tomados con tiritas (que, a partir de ella seguirían usando las mujeres perdidas del cine); la vemos con una copa en la mano que dobla cada vez más; así recibe la espléndida revelación de "ser lo que se es" y sabe, definitivamente "lo que realmente soy", sin otro destino posible, y acepta su destino, y cruza, íntegra, el salón, mientras canta Pedro Vargas la música enorme de Agustín Lara, que escribiera las canciones de la mayoría de sus películas.

Allí se ve, en esencia, el personaje que creó Ninón: una mujer recargada en una columna, fumando, pensativa, melancólicamente fascinante, esperando lo que sea que tenga que llegar o esperando nada "que al final ni importa". Esa escena de "Aventurera", la más espléndida de "reina mala" en el cine latinoamericano, la filmó Ninón Sevilla en tres minutos, y creó un estereotipo que ha sido copiado una y otra vez, pero, en verdad, inimitable.

Pies de foto:

040- Ninón y sus coreografías.

050- Ninón y Andrea Palma.

054- Ninón Sevilla, Aventurera.

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