viernes, 21 de agosto de 2009

Cultura del acoso sexual


Juan Meléndez de la Cruz

Los empleos de las minas norteamericanas se abrieron a las mujeres en 1975, y la primera mujer que obtuvo un trabajo en esta mina en particular es Glory (Frances McDormand). Ella está perfectamente adaptada al mundo de los mineros. Por su labor en el sindicato se ha ganado el respeto de los hombres, quienes también tienen palabras y alusiones soeces hacia ella, pero Glory tiene la capacidad para desarmarlos con un fuerte y aplastante sentido del humor. Es difícil competir contra ella, quien muy pronto se convierte en la guía y mejor amiga de Josey.

Aunque el acoso y la actitud sexista en la mina ya es una realidad cuando Josey comienza a trabajar, su resistencia a aceptar esa realidad se conjuga con el atractivo que los hombres sienten hacia ella y la hostilidad se incrementa. Al hablar de acoso no estamos hablando de comentarios vulgares solamente. Hay serios incidentes de violencia y represión contra las mujeres que acompaña las burlas y las actividades amenazantes de todos los días.

En el filme, los mineros son seres unidimensionales, acosadores grotescos, vulgares y brutales. No es difícil creer que existan hombres así. Los hay. Pero es difícil creer que todo haya sido tan blanco y negro, sobre todo al considerar que la mayoría de las mujeres que trabajaban en las minas estaban casadas con mineros; por esta razón la demanda de Louis Jensen contó con el apoyo de muchos hombres.

La cultura del acoso sexual se impone en un trabajo a pesar de que sólo unos cuantos hombres son los abusadores. La pasividad de los demás hombres y la aceptación del resto de mujeres es lo que hace el caso real de Louis Jensen tan devastador. Esa dimensión social más amplia se intuye aquí en algunas escenas, sobre todo cuando Josey declara en el comedor que ha sido atacada, pero no es apoyada.

Las escenas en el tribunal, que al principio se sienten como “flash forwards” (anticipaciones del futuro, lo opuesto de un “flash back”) poco a poco se apoderan de la historia, hasta que se convierte en la médula narrativa. Woody Harrelson interpreta a Bill White, un abogado del área que acaba de retornar de Nueva York, un poco amargado quizás por su fracaso, pero que termina por aceptar el caso de Josey sólo porque el caso le da la oportunidad de hacer historia, puesto que sería la primera vez en la historia que se realizaría una demanda de “clase” por acoso sexual (“class action lawsuit”).

La estructura tan brillante del guión de Seitzman se torna en una trampa hacia el final, cuando el empuje de la trama pasa a manos del abogado. Josey, en cambio, encuentra su triunfo en un reencuentro con su hijo de trece años, quien había mostrado rebeldía ante ella y había tomado por un tiempo el lado de sus detractores.

Richard Jenkins, en el papel de Hank, padre de Josey, aporta una interpretación sensible, emotiva, y en un sentido profundo, espectacular, como un hombre que debe elegir entre aceptar la cultura de los mineros o apoyar a su hija. En su dolorosa vacilación está la encrucijada de la historia.

La cinta “Tierra fría” será proyectada por el cineclub “Oro negro” del FLS de la Sección 10 el viernes 14 de agosto a las 19 horas en el auditorio de la sucursal transportes de la Sociedad Cooperativa de Producción del Frente Liberal sindicalista, situado en la calzada de los Petroleros s/n, (a un lado de la delegación de tránsito) colonia Petrolera de Minatitlán. La entrada es libre y para todo público.

Pies de foto:

-Discutiendo con el padre

-Hank en el comedor

-Woody Harrelson como Bill

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